Interesante artículo en La Nación sobre Adicciones en nuestros chicos...

El alcohol, la marihuana y la tecnología son las tres adicciones más frecuentes entre los estudiantes secundarios. Y el consumo comienza cada vez a edad más temprana: entre los 12 y los 13 años.
Esa es la coincidencia entre docentes, directores, funcionarios, alumnos y preceptores, los que advierten también que es en el aula donde se detectan las primeras señales de una posible adicción. Cambios de hábitos, de vestimenta o de compañías, irritabilidad, somnolencia, descuido en el aseo personal, son algunos de los aspectos a los que un docente debe, o debería, prestarle atención cuando se encuentra en clase delante de los chicos. Los profesores admiten, además, que este problema creciente los llevó a adecuar el discurso y las acciones preventivas a un lenguaje más llano y "fácil".
Román Giacobini, director del Colegio Nuevo Las Lomas, de San Isidro, está acostumbrado al cambio de los chicos, pero no se resigna. "Cada vez tenemos que prestarles más atención -dice-. La primera cosa que uno tiene que mirar es la retracción social, ver que cada día el chico está más hosco y hacerle un mínimo seguimiento de al menos dos semanas para ver si fue un episodio pasajero o permanente, antes de llamar a sus padres. Y ese seguimiento lo hacemos todos los que integramos el colegio".
Tanto Giacobini como Silvia Hernández, directora de Inclusión Escolar del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, como María Reitroz, preceptora de una escuela de Don Torcuato y profesora en otra de San Miguel, el psiquiatra infantil Aldo Tamai y el doctor Eduardo Kalina, profesor titular del posgrado en Adicciones de la Universidad del Salvador, entre otros consultados, coinciden en que hay que estar alerta ante los siguientes "síntomas":
-Los chicos comienzan a dejar de hacer las cosas que hacían habitualmente.
-Se duermen en clase.
-Están mareados, somnolientos y suelen tener la marcha inestable.
-Excitación y charlas desmedidas o irritabilidad sin causa.
-Cambian los habitos y empiezan por la vestimenta: se compran ropas de acuerdo con la tribu a la que pertenecen.
-Descuidan su aseo personal.
-Episodios de violencia o de agresiones.
-Hay cambios en lo social: se van de su grupo a otro donde los bancan.
-Repiten el discurso del traficante: "Fumar marihuana no hace nada".
"El tema del alcohol es tan bravo -dice María Reitroz- que si hay una fiesta el fin de semana la propia escuela recomienda que el lunes no asistan. Con todo, para mí es peor el uso de la tecnología: hay una adicción tremenda al celular y no pueden vivir si eso."
Giacobini, en ese punto, agrega que saca de 20 a 30 celulares por día (de un total de 200 alumnos) y que le han pedido de rodillas -literalmente- que se los devuelvan. Reitroz explica que sus alumnos han experimentado el síndrome de abstinencia cuando se olvidan el celular o el sistema Wi-Fi se "cae". "Los chicos sienten cólera, comienzan a agredirse y no hay cómo pararlos", finaliza.
¿Cuándo, entonces, hay que comenzar con la prevención? "O se empieza en el nivel inicial y primaria o se acabó la prevención. Los británicos empiezan a dar charlas de alcoholismo a chicos de cinco años", dice el doctor Tamai. Para él, el mensaje por transmitir en estos primeros años debe ser simple y claro. Por ejemplo, hablarles de que el humo hace mal y jugar o hacer pequeñas experiencias participativas, como visualizar de qué manera se ensucia un pulmón con aire que no es puro.
"A partir de segundo grado -dice el médico- hay que aprovechar los componentes fóbicos de los chicos y estimular el miedo a las consecuencia del consumo de drogas. Estos mensajes son mucho más fáciles de aprender en estas etapas tempranas, antes de la adolescencia, porque es vital insistir con los conceptos para que se instalen."
Hernández cuenta que la ciudad de Buenos Aires tiene un equipo de prevención que recorre las escuelas, y admite que cada vez se empieza a consumir alcohol y drogas a más temprana edad. Y señala que, según las zonas de la ciudad, las drogas que se consumen son diferentes (en las villas son las llamadas "pesadas", como el paco o la cocaína) y que el alcohol se vende en todas partes, a pesar de que está prohibido.
Julieta T, de 16 años, alumna de un colegio inglés de la zona norte, pidió el anonimato y dijo que es muy fácil conseguir marihuana cerca del colegio y mucho más el alcohol.
Pero ¿cómo se aborda el tema con los padres? Giacobini dice que hay que tener mucho cuidado porque los padres no creen que sus hijos beban o se droguen. "Les decimos que hemos notado una serie de actitudes no habituales en él que pueden obedecer a un principio de adicción. Esto también lo hacemos para que no salga a matarlo al hijo ni lo estigmatice, sino que lo ayuden."
Tamai dice que a los chicos hay que enseñarles cómo "funcionan las neuronas, y cuál es la función de los neurotransmisores, ya que ambos se dañan con el abuso de sustancias. No tengan miedo de decirles palabras difíciles a los chicos, de hablarles de neurotransmisores; ellos aprender. Si pueden decir Ipod y puede decir Bluetooth, pueden decir neurotransmisores".
Kalina aconseja que de estos temas se hable en las escuelas y se los enseñe en un lenguaje adecuado a cada edad, que se hable del peligro de las drogas desde los primeros años de escolaridad y que los chicos vean a sus maestros como amigos y no como policías, "porque si no insistimos se dedican a trampear mejor y con mucha habilidad".
PARA TENER EN CUENTA
  • Síntomas : algunos de ellos son que los chicos cambian sus hábitos y de grupos sociales, están mareados o somnolientos, descuidan su aseo y son protagonistas de episodios de violencia.
  • Con los padres : si bien suelen descreer que sus hijos beben o se drogan, los maestros apuntan a que los adultos no estigmaticen ni castiguen a los jóvenes.
  • Para los maestros : aunque tienden a angustiarse en un primer momento, lo ideal es hablar con los alumnos fuera del aula. La prevención y el diálogo son esenciales.

IMPORTANTE: LAS ADICCIONES A LA COCAÍNA

Para los que subestiman las adicciones. Es interesante leer este artículo:http://www.lanacion.com.ar/1417852-un-solo-dia-de-abuso-de-cocaina-mata-neuronas

NUEVAS ADICCIONES: LAS CIRUGIAS

Recordemos que una adicción o una conducta compulsiva se produce cuando una persona tiene:
*Baja Autoestima
*Falta de Afecto
*Falta de Proyecto de Vida.
Si me miro al espejo y no me acepto... por de pronto, tengo baja autoestima...
Para pensar y leer:
http://www.clarin.com/sociedad/Preocupa-creciente-adiccion-cirugias-esteticas_0_579542076.html

Una terapia controla las obsesiones


Tanscribimos este artículo de LA NACION porque nos parece alentador.
Como decimos siempre en creatividad: Hacer Foco, Encontrar la Causa, Modificar el Efecto y Tomar las Decisiones de Cambio.
Logra la recuperación de entre el 40 y el 60% de los pacientes con trastorno obsesivo-compulsivo (TOC)
Por Fabiola Czubaj
LA NACION
"Es una enfermedad que genera mucha vergüenza. No se trata de esas manías que todos podemos tener con la limpieza de la casa o un hobby, como coleccionar objetos, sino de pensamientos reiterados de que algo malo puede pasar y de que hay que hacer algo para evitarlo, como barrer, lavarse las manos, no tirar objetos o rezar", explicó la doctora Amparo Belloch Fuster, catedrática de psicopatología de la Universidad de Valencia, España.
Ella forma parte del Grupo de Trabajo sobre Cogniciones Obsesivo-Compulsivas -del que participa la Fundación Aiglé de nuestro país-, que desarrolló un programa multicéntrico de tratamiento del TOC con sesiones grupales o individuales.
Entre los 4 y 6 meses que dura el programa, de 4 a 6 de cada 10 pacientes se recuperan. En el resto, las obsesiones y las compulsiones se reducen hasta permitirles llevar una vida normal. "Todos los pacientes mejoraron algo y otros se recuperaron completamente -comentó, sobre los 50 pacientes atendidos en Aiglé el doctor Fernando García, coordinador de Investigación-. Nos dicen que sus vidas cambian totalmente; que pudieron saber de qué se trataba lo que les pasaba; aprender herramientas para solucionarlo y encontrarse con otros con el mismo sufrimiento."
Los estudios en los que se puso a prueba la efectividad del nuevo programa frente a la terapia de primera elección (exposición con prevención de respuesta), demostraron que los resultados son comparables. "El programa funciona igual o mejor; las tasas de recuperación y de mejoría son iguales o algo superiores", resumió Belloch Fuster, de visita en el país para participar de un seminario inaugural de encuentros de la Fundación Aiglé, donde el doctor Héctor Fernández-Alvarez coordina el programa.
Con otro estudio, los investigadores argentinos y españoles determinaron qué pacientes eran los mejores candidatos para las 16-18 sesiones que incluye el programa. "Son, principalmente, los que se conocen como obsesivos puros, que suelen tener rituales encubiertos, que otros no ven, como rezar o pensar."
Y al comparar las sesiones grupales con las individuales, las primeras dan mejores resultados en el largo plazo (a un año o más), mientras que los encuentros a solas con el terapeuta son más efectivos en el corto plazo, aunque con más recaídas. Entonces, un paciente con TOC grave puede mejorar rápidamente con sesiones individuales y, luego, mantener los resultados con sesiones grupales.
Una persona puede convivir más de 30 años con el TOC. "Es un trastorno crónico que afecta mucho la calidad de vida; en algunos casos, no quieren salir de la casa", agregó García.
Pero ¿por qué aparecen estas obsesiones y compulsiones? Según la especialista española, existe una predisposición genética. "Si a eso se une haber tenido depresión, TOC, experiencias traumáticas difíciles de tolerar o bajo nivel de tolerancia al estrés o el malestar, aumentan la posibilidad de que se activen estos pensamientos de que algo malo puede suceder. De hecho -señaló-, los pacientes suelen decir que su cabeza es el peor enemigo que tienen."
El TOC aparece a cualquier edad; en hombres y mujeres por igual, aunque en ellas es más común los pensamientos asociados con la contaminación o la limpieza, y en ellos, los relacionados con la acumulación, la duda y el miedo a deshacerse de objetos. Situaciones como la pérdida del trabajo, el posparto o una mudanza lo pueden activar.
"Antes, se pensaba que era una enfermedad muy poco frecuente porque los pacientes sólo consultaban cuando aparecía la depresión que produce el TOC -dijo Belloch Fuster-. Hoy sabemos que afecta a entre el 2 y el 2,5% de la población."
Durante las sesiones, los pacientes comprenden que tienen una enfermedad, dejan de sentir vergüenza por sus comportamientos y aprenden a controlar los pensamientos que los hostigan. "Podemos garantizar que van a mejorar mucho hasta hacer una vida normal", finalizó Belloch Fuster.

OBSESIONES
Pensamientos no deseados que causan angustia y malestar.
Miedo al contagio de gérmenes.
Imágenes sobre hacer daño a otros o a sí mismo.
Preocupación excesiva por la moral y la religión.
Dudas constantes sobre todo.
Acumulación de objetos.

COMPULSIONES
Higiene y limpieza como, por ejemplo, lavarse continuamente las manos.
Repetir una conducta para protegerse contra daños imaginarios.
Verificación por miedo a hacer daño, como puede ser revisar si el gas está apagado.
Ordenar constantemente las cosas.
Rezar reiteradamente.

Interesante descubrimiento.

Si bien toda persona con adicción o conducta compulsiva tiene tres bases fundamentales para tener esta enfermedad (la elección -droga, juego, compra, alcohol, etc.- dependerá de la accesibilidad y personalidad de cada uno):
*Falta de Afecto
*Baja Autoestima
*Falta de Proyecto de Vida
Es interesante este descubrimiento que explicaría, porque hay personas que no nos enganchamos con ningun exceso aunque podamos tener en algun momento de nuestras vidas cualquiera de las tres bases como faltante.
Esta es la nota:

ADICCIONES: EXPERTOS ARGENTINOS REVELARON MECANISMO CLAVE


Por Valeria Román para Clarín

Cuando el destinatario confirma la entrega, la persona que manda el e–mail ya no necesita volver a enviarlo. En las neuronas del cerebro también existe un mecanismo de aviso de recepción que funciona de manera similar. Sirve para que el organismo no siga buscando comida o relaciones sexuales de manera exagerada. Ese mecanismo molecular fue identificado ahora por científicos de la Argentina, con la colaboración de investigadores de los Estados Unidos.
“Nuestro hallazgo permitirá entender mejor la base biológica del desarrollo de las adicciones, que incluyen el comportamiento compulsivo para comer, jugar por dinero, o consumir drogas, alcohol o tabaco”, explicó a Clarín Marcelo Rubinstein, líder del estudio e investigador principal del Instituto de Ingeniería Genética y Biología Molecular del Conicet. También el descubrimiento podría ser útil para mejorar los tratamientos para los afectados por adicciones.
El equipo de Rubinstein trabajó con ratones. O mejor dicho, produjo ratones mutantes a partir de células madre embrionarias. Y consiguió que esos animales no tuvieran unas moléculas en las células nerviosas o neuronas del cerebro medio, que se llaman “autorreceptores de dopamina D2”.

Antes de la experimentación, se sabía que las neuronas liberan dopamina ante la inminencia de situaciones placenteras. Los investigadores se preguntaban qué rol cumplían esos autorreceptores en esas neuronas. Y la respuesta fue encontrada al producir esos ratones mutantes: los animales manifestaron comportamientos muy diferentes ante estímulos como la comida o la administración de cocaína, en comparación con animales comunes.
Estos resultados demostraron que los “autorreceptores” funcionan como una fuerza inhibitoria del comportamiento. Es decir, los autorreceptores forman un sistema en las neuronas que les avisa cuándo frenar en la liberación de dopamina. “El aviso es permanente. Cuando no lo poseen, las neuronas están desenfrenadas. Esto puede inducir a comportamientos compulsivos”, señaló el investigador Rubinstein.

El estudio, en el que participaron Estefanía Bello, Diego Gelman, Daniela Noaín y Verónica Alvarez, entre otros, es tan importante que fue publicado en la revista especializada Nature Neuroscience . Recibió apoyo económico de la UBA, el Conicet, la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica, y de instituciones de EE.UU.

Si bien fue llevado a cabo con ratones, consideran que los resultados pueden ser extrapolados a los humanos, ya que los circuitos neuronales son similares. “Los niveles bajos de los autorreceptores D2 pueden ser considerarse un factor de riesgo para adicciones”.

Desde otra perspectiva, el psiquiatra Alberto Eduardo Alvarez, de la Asociación Psicoanalítica Argentina, opinó –al ser consultado por Clarín – que el hallazgo del equipo de Rubinstein “era valioso desde el plano biológico”. “Aunque no debemos olvidar que las adicciones también deben considerarse un problema social. El entorno familiar influye”.

http://www.clarin.com/sociedad/Adicciones-expertos-argentinos-revelaron-mecanismo_0_515948519.html

Me preocupa ver gente fumando...

Hacía mucho que no transitaba seguido por la city porteña (lease Buenos Aires).
Pese a ser LIBRE DE HUMO oficinas, restaurantes, bares y demás lugares públicos cerrados, las calles están pobladas de desesperados fumadores que se escapan dos minutos a prender su cigarrillo.
Que terrible pensar que compran un paquete que dice "EL FUMAR ES PERJUDICIAL PARA LA SALUD". Y pese a eso, lo siguen comprando.
Alguien me dijo una vez, que es una forma de suicidarse diciendo silenciosa y negadora.
Me encantaría que el que lo hace, asuma que como toda adicción, lo que no pongo en palabras, los pongo en actos perjudiciales para mi salud. Si es así, hay algo que no digo cada vez que no puedo frenar mis ganas de fumar... Sería bueno, reflexionar.

El efecto de las palabras no dichas...

Qué bueno que médicos prominentes nos empiecen a considerar como un "todo"!!!

Entrevista al Dr. Mario Alonso Puig

"Tengo 48 años. Nací y vivo en Madrid. Estoy casado y tengo tres niños. Soy cirujano general y del aparato digestivo en el Hospital de Madrid. Hay que ejercitar y desarrollar la flexibilidad y la tolerancia".

Se puede ser muy firme con las conductas y amable con las personas.

ENTRENAR

Hasta ahora lo decían los iluminados, los meditadores y los sabios; ahora también lo dice la ciencia: son nuestros pensamientos los que en gran medida han creado y crean continuamente nuestro mundo.

"Hoy sabemos que la confianza en uno mismo, el entusiasmo y la ilusión tienen la capacidad de favorecer las funciones superiores del cerebro. La zona prefrontal del cerebro, el lugar donde tiene lugar el pensamiento más avanzado, donde se inventa nuestro futuro, donde valoramos alternativas y estrategias para solucionar los problemas y tomar decisiones, está tremendamente influída por el sistema límbico, que es nuestro cerebro
emocional. Por eso, lo que el corazón quiere sentir, la mente se lo acaba mostrando". Hay que entrenar esa mente.

-Más de 25 años ejerciendo de cirujano. ¿Conclusión?

-Puedo atestiguar que una persona ilusionada, comprometida y que confía en sí misma puede ir mucho más allá de lo que cabría esperar por su trayectoria.

-¿Psiconeuroinmunobiología?

-Sí, es la ciencia que estudia la conexión que existe entre el pensamiento, la palabra, la mentalidad y la fisiología del ser humano. Una conexión que desafía el paradigma tradicional. El pensamiento y la palabra son una forma de energía vital que tiene la capacidad (y ha sido demostrado de forma sostenible) de interactuar con el organismo y producir cambios físicos muy profundos.

-¿De qué se trata?

-Se ha demostrado en diversos estudios que un minuto entreteniendo en un pensamiento negativo deja el sistema inmunitario en una situación delicada durante seis horas. El distrés, esa sensación de agobio permanente, produce cambios muy sorprendentes en el funcionamiento del cerebro y en la constelación hormonal.

-¿Qué tipo de cambios?

-Tiene la capacidad de lesionar neuronas de la memoria y del aprendizaje localizadas en el hipocampo. Y afecta a nuestra capacidad intelectual porque deja sin riego sanguíneo aquellas zonas del cerebro más necesarias para tomar decisiones adecuadas.

-¿Tenemos recursos para combatir al enemigo interior, o eso es cosa de sabios?

-Un valioso recurso contra la preocupación es llevar la atención a la respiración abdominal, que tiene por sí sola la capacidad de producir cambios en el cerebro. Favorece la secreción de hormonas como la serotonina y la endorfina y mejora la sintonía de ritmos cerebrales entre los dos hemisferios.
-¿Cambiar la mente a través del cuerpo?

-Sí. Hay que sacar el foco de atención de esos pensamientos que nos están alterando, provocando desánimo, ira o preocupación, y que hacen que nuestras decisiones partan desde un punto de vista inadecuado. Es más inteligente -no más razonable- llevar el foco de atención a la respiración, que tiene la capacidad de serenar nuestro estado mental.

-¿Dice que no hay que ser razonable?

-Siempre encontraremos razones para justificar nuestro mal humor, estrés o tristeza, y esa es una línea determinada de pensamiento. Pero cuando nos basamos en cómo queremos vivir, por ejemplo sin tristeza, aparece otra línea. Son más importantes el qué y el por qué que el cómo. Lo que el corazón quiere sentir, la mente se lo acaba mostrando.

-Exagera.

-Cuando nuestro cerebro da un significado a algo, nosotros lo vivimos como la absoluta realidad, sin ser conscientes de que sólo es una interpretación de la realidad.

-Más recursos...

-La palabra es una forma de energía vital. Se ha podido fotografiar con tomografía de emisión de positrones cómo las personas que decidieron hablarse a sí mismas de una manera más positiva, específicamente personas con trastornos psiquiátricos, consiguieron remodelar físicamente su estructura cerebral, precisamente los circuitos que les generaban estas enfermedades.

-¿Podemos cambiar nuestro cerebro con buenas palabras?

-Santiago Ramón y Cajal, premio Nobel de Medicina en 1906, dijo una frase tremendamente potente que en su momento pensamos que era metafórica. Ahora sabemos que es literal: "Todo ser humano, si se lo

propone, puede ser escultor de su propio cerebro".

-¿Seguro que no exagera?

-No. Según cómo nos hablamos a nosotros mismos moldeamos nuestras emociones, que cambian nuestras percepciones. La transformación del observador (nosotros) altera el proceso observado. No vemos el mundo que es, vemos el mundo que somos.

-¿Hablamos de filosofía o de ciencia?

-Las palabras por sí solas activan los núcleos amigdalinos. Pueden activar, por ejemplo, los núcleos del miedo que transforman las hormonas y los procesos mentales. Científicos de Harward han demostrado que cuando la persona consigue reducir esa cacofonía interior y entrar en el silencio, las migrañas y el dolor coronario pueden reducirse un 80%.

-¿Cuál es el efecto de las palabras no dichas?

-Solemos confundir nuestros puntos de vista con la verdad, y eso se transmite: la percepción va más allá de la razón. Según estudios de Albert Merhabian, de la Universidad de California (UCLA), el 93% del impacto

de una comunicación va por debajo de la conciencia.

-¿Por qué nos cuesta tanto cambiar?

-El miedo nos impide salir de la zona de confort; tendemos a la seguridad de lo conocido, y esa actitud nos impide realizarnos. Para crecer hay que salir de esa zona.

-La mayor parte de los actos de nuestra vida se rigen por el inconsciente.

-Reaccionamos según unos automatismos que hemos ido incorporando.

Pensamos que la espontaneidad es un valor; pero para que haya espontaneidad primero ha de haber preparación, si no sólo hay automatismos. Cada vez estoy más convencido del poder que tiene el entrenamiento de la mente.

-Déme alguna pista.

-Cambie hábitos de pensamiento y entrene su integridad honrando su propia palabra. Cuando decimos "voy a hacer esto" y no lo hacemos alteramos físicamente nuestro cerebro. El mayor potencial es la conciencia.

-Ver lo que hay y aceptarlo.

-Si nos aceptamos por lo que somos y por lo que no somos, podemos cambiar. Lo que se resiste, persiste. La aceptación es el núcleo de la transformación.

"SEAMOS EL CAMBIO QUE QUEREMOS VER EN EL MUNDO"



Las enfermedades físicas siempre responden a enfermedades emocionales.

Siempre digo: Facebook e Internet en general dan para todo. Se encuentran cosas y datos que uno habla a menudo, pero tal vez redactados de una manera interesante para que queden más claros.
Una amiga subió a Facebook esto que copio a continuación y lo ligo con un artículo de IECO en Clarín.

Un resfriado ocurre cuando el cuerpo no llora...
Un dolor de garganta aparece cuando no es posible comunicar las aflicciones...
El estomago arde cuando la rabia no consigue salir ..
La diabetes invade cuando la soledad duele...
El cuerpo engorda cuando la ... ... insatisfacción aprieta...
El dolor de cabeza deprime cuando las dudas aumentan....
El corazón renuncia cuando el sentido de la vida parece terminar...
Las uñas se quiebran cuando las defensas están amenazadas ...
El pecho aprieta cuando el orgullo esclaviza...
La presión sube cuando el miedo aprisiona...
Las neurosis paralizan cuando el "niño interno" tiraniza...
La fiebre sube cuando las defensas detonan las fronteras de la inmunidad....
¿Y tus dolores callados? ¿Cómo hablan ellos a tu cuerpo?
Elige qué hablar...con quién hacerlo....donde , cuando y cómo!
Solo los niños cuentan todo, a cualquier hora, de cualquier forma....
Elige a alguien que pueda ayudarte a organizar las ideas, a armonizar sensaciones y a recuperar la alegría. Todos necesitamos saludablemente de un oyente interesado...
Pero todo depende, principalmente, de nuestro esfuerzo personal en que se produzcan los cambios que deseamos para nuestra vida....... "
"EL CUERPO SUSURRA Ó GRITA, LO QUE LA MENTE NO COMPRENDE"


En el artículo de IECO, Delia Chudnovsky dice: "Si se cuida la calidad de vida personal, el desempeño laboral será mejor". "Estamos transitando un punto de nuestra historia como seres humanos, una era en la que considero imprescindible aprender a tomar conciencia de los malestares físicos, emocionales y espirituales provocados por el fragor de esta vida posmoderna, tecnológica, apurada y escindida. Los trastornos en el sueño, la inquietud, la depresión, la dificultad para relacionarse con otros sin confrontar, sumados a la falta de entusiasmo y la pérdida de atención y concentración, son indicios de la aceleración, el estrés y la falta de armonía en nuestras vidas." ... "El cuerpo habla a través de las sensaciones, posturas y limitaciones de sus movimientos. Si logramos escucharlo, la transformación puede ser notable y estable".

El coaching es una herramienta interesante para evitar cualquier mal que puede terminar en una adicción o en una conducta compulsiva o en una enfermedad crónica o terminal. Píenselo. Reflexione: ¿cómo se siente?

.

LOS PADRES Y LOS HIJOS DE HOY

En un interesante artículo de Clarín de hoy (20/03/2011) que les recomiendo leer a todos los padres, y los que no son padres también, cuentan casos de padres con hijos adictos.
Me gustó rescatar esta parte porque creo es lo más importante para los padres es "no ser un negador":
Los especialistas y familiares de chicos usuarios de drogas consultados por Clarín enumeraron varias situaciones, diálogos y actitudes frecuentes y repetidas entre las personas que comenzaron a consumir sustancias. Algunos pueden parecer triviales, otros exagerados. Pero a cualquier padre o madre preocupados por sus hijos podrían decirles algo: .
  • Mi hijo (o hija) contesta mal, está raro y agresivo
  • En la escuela no se concentra, llega tarde, puede quedar libre.
  • Empezó y dejó varias carreras o trabajos. No le preguntamos nada, para no molestarlo.
  • Ya no se ve con sus amigos de siempre. Ahora lo llaman otros chicos, o anda solo.
  • Cuando sale de noche, muchas veces vuelve borracho o con olor a alcohol, y no lo vemos bien. No siempre sabemos adónde fue o con quiénes salió.
  • Cada vez con más frecuencia dice que se queda a dormir en casas de amigos, o encadena varios planes sin regresar al hogar. A veces no sabemos con certeza dónde puede estar.
  • Como sus horarios son diferentes a los nuestros, cada vez almorzamos o cenamos juntos con menos frecuencia.
  • No le ponemos muchos límites ni obligaciones para no abrumarlo. Mejor que sea libre.
  • Estamos tranquilos: las veces que hablamos con él sobre las drogas nos dimos cuenta de que sabe mucho, y eso seguramente evitará que abuse de ellas.
  • En su mochila había algo que desconocemos. Nos dijo que era de un amigo.
  • Nos dijo que probó marihuana sólo una vez. ¿Será cierto? Aceptó que a veces consume drogas, pero dice que puede dejarlas cuando quiere. Le creemos, además ahora todos los chicos lo hacen.
  • En la pareja no hablamos mucho de los comportamientos extraños que vemos en nuestro hijo, porque enseguida se arman discusiones.
TENGAN PRESENTE: ADICTO significa SIN PALABRAS. Lo que no se verbaliza, se pone en actos nocivos para sí y para los demas. No lo olvide. Negar, nunca es la solución. Es preferible una discusión y un abrazo a la negación.

Resiliencia: este tema abordado por este artículo me parece siempre útil para pensar.

El poder de la resiliencia

Aunque no siempre seamos conscientes de eso, tenemos la capacidad innata para sobreponernos a cualquier situación traumática. De qué se trata y cómo se fortalece el mecanismo que nos permite salir fortalecidos de las más diversas crisis vitales
Por Eduardo Chaktoura
Domingo 06 de marzo de 2011
Publicado en Revista La Nación.
Se puede andar por la vida más liviano sabiendo que existe la posibilidad de superar, incluso, hasta el evento más doloroso. Más allá de las circunstancias traumáticas a las que podemos llegar a estar expuestos por el solo hecho de ser mortales, cada día el mundo nos expone sin red a situaciones poco deseables. Pero, en unas y otras, hombres y mujeres, en la medida de sus deseos y posibilidades, tienen la oportunidad de mezclar y dar de nuevo. Aunque no somos aún del todo conscientes, todo indica que se nace resiliente, se aprende y también se enseña a cultivar una, si no la más preciada, de las fortalezas personales.
Los 33 mineros fueron rescatados después de haber sobrevivido 70 días bajo tierra. Más allá del plan de rescate, sus fortalezas y capacidades individuales les permitieron estar vivos para subirse a la cápsula que los devolvió a la superficie. De atentados como el de la AMIA, la embajada de Israel, las Torres Gemelas, Atocha y tantos otros hubo sobrevivientes, así como sobrevivieron los familiares y afectos de quienes perdieron la vida. Unos y otros pudieron o siguen intentando reciclar tamaño dolor. Hay padres que pierden a sus hijos. Hay enfermos que superan la enfermedad. Cada día el diario nos despierta con crónicas de resiliencia. También hay tantas otras que, aunque no llegan a ser noticia, desde el anonimato enseñan sobre el coraje que necesitamos para vivir y sobrevivir una y otra vez.
La etimología de la palabra nos permite llegar a un primer punto sin escalas. "Resiliencia es saltar hacia atrás, volver a saltar, rebotar", como anticipa la doctora en psicología, Mariana Gancedo, apelando a la traducción del griego resiliere. "El término resilient se introdujo oportunamente al idioma inglés y, en el ámbito de la física, alude a la capacidad que tienen algunos metales de recuperar su estructura luego de una deformación", completa la profesora de Psicología Positiva de la Universidad de Palermo.
Así como los metales más rígidos, el hombre tiene la posibilidad de recuperar su estado, aunque, claro está, algo habrá cambiado. Pocos podrán volver a la versión original. Nuestra vida suele ser una sucesión de adaptaciones producto de cada experiencia. Una situación traumática modifica la vida de una persona, pero, con el mayor de los respetos que merece cada dolor, es importante que podamos destacar esta idea de que siempre hay tiempo para reconstruir y salir fortalecido.
"Ante todo hay que aclarar que la adaptación ante una situación estresante es la norma y la enfermedad es la excepción", rescata la médica psiquiatra Daniela Bordalejo, para quien "la resiliencia, como cualidad humana propia de la tenacidad cognitiva, surge como resultado de múltiples procesos mentales que contrarrestan las situaciones nocivas y les permiten a las personas aprovechar las crisis para su crecimiento".
Cierto marketing de la vida se encarga de que tengan más prensa o impacto los costos del trauma y el dolor. Sin embargo, tal como insiste la doctora Bordalejo, "las personas suelen resistir los embates de la vida con insospechada fortaleza". Ante sucesos extremos, un elevado porcentaje de personas "muestra una gran resistencia y que sale psicológicamente indemne o con daños mínimos del trance".
A muchos puede sorprender este dato: "La mayoría de la gente que sufre una pérdida irreparable no se deprime", certifica la psiquiatra, para quien "el ser humano tiene una gran capacidad para encontrar sentido a las experiencias más terribles".
Es que no se trata de minimizar el dolor de las experiencias traumáticas, sino de entender que hay otras formas de curar las heridas. "Estamos acostumbrados a mirar todo desde un modelo médico tradicional y, en un primer término, solemos pensar que los casos de resiliencia son la excepción a la regla -explica Mariana Gancedo-. Frente a una gran adversidad, creemos que lo habitual es la enfermedad. La realidad nos indica que muchísimas veces ocurre lo contrario: a la adversidad se le suele hacer frente y eventualmente se aprende de ella. Esto implica que los ejemplos de resiliencia son cotidianos y numerosos, observados tanto en la vida privada como en los consultorios de los psicólogos."
Los enfoques de la psicología que tienen como objetivo el estudio y la promoción de los aspectos funcionales de la conducta acuñan con fuerza esta figura de la resiliencia como un recurso vital, complementario al modelo médico. Fue Emmy Werner quien, en los años 80, estudió a 700 niños hawaianos en condiciones físicas, familiares y sociales desfavorables, y descubrió que un tercio de esos chicos logró, contra todo pronóstico, llevar una vida productiva y satisfactoria. No es poca cosa, si lo que se pretende es encontrar un camino para revertir tantas vidas que parecerían sufrir la condena a un futuro sin posibilidades.
"Más allá de las situaciones extremas de dolor -celebra Mariana Gancedo- están quienes, pese a haber nacido en un medio familiar o socioeconómico hostil, lograron superarse, formar una familia y contribuir con su trabajo a la sociedad. Son los casos que no salen en los diarios, pero el saber de ellos ilumina nuestras propias vidas. La resiliencia es ejemplar, porque, como onda expansiva, produce en quien la contempla un proceso que lleva al fortalecimiento de la propia potencialidad resiliente."
El juego de las diferencias
¿Por qué unos pueden y otros no? ¿Por qué unos son más resilientes que otros? ¿Cuánto y qué hay de innato, y cuánto y qué de aprendido? "Si intentáramos hacer una fórmula podríamos decir que la posibilidad de la resiliencia es el resultado de una ecuación entre el estado del sujeto (período evolutivo, madurez, red social, historia, proyectos) y la naturaleza de la situación de adversidad (intensidad, áreas que abarca, proyección en el futuro)", sugiere la psicóloga Mariana Gancedo, que rescata una y otra vez la idea de la resiliencia como un proceso dinámino.
Si hay un proceso dinámico quiere decir que hay un punto de partida, un trayecto de aprendizaje y un momento de poner en práctica lo innato y lo aprendido. Pero no todo es tan sencillo. Nunca el éxito está garantizado. "Nuestra probabilidad de error puede ser muy alta -advierte Gancedo-. Una persona que ha probado su resiliencia frente a ciertas circunstancias traumáticas podría desmoronarse frente a otro tipo de adversidad."
Es buen momento para dejar en claro que una misma situación puede resonar de distintas maneras en cada persona (ver Diccionario en positivo).
También es necesario resaltar que no hay diferencias de género en torno de las posibilidades de ser resiliente. Los estudios no muestran diferencias significativas entre hombres y mujeres, aunque algunos investigadores destacan que ellas presentan como favorable una mayor capacidad de establecer lazos satisfactorios con otras personas, balanceando las propias necesidades con el acto de dar a los otros. Por otra parte, los hombres suelen mostrar actitudes más pragmáticas para la resolución de los conflictos.
Lo que difieren son los estilos. La mujer parecería poder sostener y armar o salir a buscar redes de sostén emocional. El hombre suele resolver en silencio y en la acción directa.
Las neurociencias también dan su explicación. Hay cerebros más resilientes que otros: "La capacidad de resiliencia está determinada por un complejo sistema de mediadores neuroquímicos que incluye diferentes tipos de neurotransmisores (serotonina, dopamina, noradrenalina), hormonas y neuropéptidos -explica la doctora Bordalejo-. La corteza prefrontal está implicada en la motivación y búsqueda de satisfacciones mediante el cumplimiento de metas, lo cual es un fenómeno común en personas sanas. Por el contrario, tales procesos desaparecen en individuos deprimidos, lo que explica su pobre iniciativa e incapacidad para experimentar placer. Las neuronas prefrontales también mantienen inhibida la amígdala cerebral, una estructura localizada en la profundidad del cerebro, que está vinculada con estados emocionales negativos, como la ansiedad y las respuestas exageradas al estrés".
Al Igual que en el caso de cualquier capacidad psíquica, todos tenemos una potencialidad innata para ser resilientes. "Esta potencialidad puede ser mayor o menor -comenta Gancedo-, y para su desarrollo necesitamos que se den ciertas condiciones mínimas en nuestra biología, así como en nuestro entorno familiar y social."
Cada quien con su cerebro y experiencias de vida, irá desarrollando un estilo de personalidad. "La percepción individual de los eventos vitales puede alterar la magnitud real de lo percibido -explica la doctora Bordalejo-, de ahí que ciertas características de personalidad pueden ser protectoras ante situaciones adversas."
En este contexto podemos hablar de sujetos pro resilientes y sujetos no resilientes, con todas las graduaciones que pueda haber entre un extremo y el otro. Está comprobado que cuanto mayor actividad cognitiva e intelectual, mayor será la capacidad neuronal y emocional de resiliencia. El sujeto con mayores conocimientos y mayor capacidad intelectual puede procesar y elaborar más eficazmente los traumas y factores estresantes.
Las personalidades más resilientes suelen ser equilibradas frente a las situaciones que despiertan tensión, tienen espíritu responsable de superación y valoración, suelen tener recursos creativos. "Los pro resilientes son personas que enfrentan las situaciones de estrés con gran compromiso -detalla la doctora Bordalejo-; esto les permite una fuerte sensación de control sobre los acontecimientos. Están más abiertos a las situaciones de cambio de la vida, de las que suelen salir fortalecidos. En cambio, las personas poco resilientes padecen frecuentes e intensos episodios de reactivación de la memoria consciente del momento estresante, como pensamientos compulsivos e intrusivos que terminan con un progresivo deterioro en el desempeño de la vida diaria. Las personas poco resilientes quedan estancadas en el evento traumático y no pueden ubicarse en la etapa siguiente."
Sostenes invalorables
Se nace resiliente, se aprende y se enseña. La familia, la escuela y el Estado son claros responsables de este circuito vital. "Como con cualquier potencial psíquico, los padres y educadores tienen un papel relevante para proveer un ambiente que facilite el despliegue y la actualización de dicha potencialidad -explica Gancedo-. Vale decir que existe una serie de características de la familia y la escuela que ayudarían a construir la resiliencia."
Por su parte, la doctora Bordalejo propone: "Se puede enseñar a nuestros hijos a ser resilientes, pero eso no implica evitarles los dolores de la vida. Muy por el contrario; se trata de educarlos en un ambiente cálido, pero con límites, en el que observen que sus padres afrontan las situaciones adversas con una actitud positiva y de compromiso".
"Más allá de cumplir con la satisfacción de las necesidades básicas, se trata de brindar a nuestros hijos un apego seguro en la infancia -enuncia Gancedo-. Nuestro apoyo y afecto les servirá de modelo para establecer vínculos estrechos en la adultez. También se trata de educar en valores pro sociales y trascendentes, establecer límites claros, detectar y promover los recursos del niño, estimular proyectos vitales y brindar oportunidades."
Siempre hay tiempo para que una persona pueda ser reconocida, escuchada, mirada, aceptada incondicionalmente. Siempre hay tiempo para que pueda desplegar su potencialidad resiliente. "Es importante decir -enfatiza la psicóloga- que la condición fundamental para la emergencia de la resiliencia es el encuentro a lo largo de la vida con algún otro que aceptó a la persona en forma incondicional. Esta aceptación incondicional sería el cimiento para la construcción de la autoestima y la autoconfianza. Como manifestaciones usuales de esta plataforma de identidad se observan características como la capacidad para la introspección, la capacidad para establecer y mantener relaciones interpersonales estrechas, la presencia de un proyecto vital y de valores con un sentido profundo para la persona, el sentido del humor y la creatividad. De alguna manera son todas cualidades que ayudan a despegarse de la situación de adversidad, tener una perspectiva más amplia, planificar y pensar en algo más allá de sí mismo, lo que otorga sentido a la vida."
Así como la familia y la escuela en su escala, las sociedades que promueven la justicia, la libertad y el bienestar de sus ciudadanos están facilitando la emergencia de personas y sociedades resilientes. Todos somos potenciales tutores de resiliencia (ver Caja de herramientas).
Cuando no alcanza
Si bien la resiliencia nos permite salir del pozo, como advertimos en un principio, no hay reglas universales ni garantías absolutas a la hora de evaluar experiencias individuales. No todo es traumático para todos ni todos tenemos las mismas posibilidades de resolver aquello que nos impacta. Habrá que ayudar al paciente a salir en busca de esa fortaleza que le permitirá recuperar el bienestar psíquico y emocional.
"Cuando no tenemos las herramientas necesarias para superar el daño emocional de ciertos eventos, en un principio, nos vemos envueltos en un clima de ansiedad e incertidumbre creciente -explica la doctora Bordalejo-. Se hace evidente en nosotros el grado de vulnerabilidad. La tensión va en aumento. Aparecen el miedo, la confusión y la desorganización de la conducta. Un tercer lapso, considerado crónico, se hace palpable cuando nos gobiernan el estrés, el temor, la ofuscación, la labilidad emocional y las actitudes de negación. Finalmente se observan estados depresivos y cambios emocionales más duraderos con manifestaciones de enfermedad psíquica y pasividad frente a otras adversidades. Los pacientes que pasan por estas circunstancias manifiestan síntomas como si el evento traumático hubiese ocurrido ayer o hace apenas pocas horas."
Cuando podemos anticiparnos a los hechos que nos dejarán una huella dolorosa inevitable, como, por ejemplo, la muerte de un ser querido, debemos pensar en la resiliencia como una etapa preventiva. Pero no siempre esta instancia es posible. "Ocurrido el hecho traumático sólo nos queda pensar en el rescate y la aplicación de los métodos de rehabilitación y readaptación -detalla la psiquiatra-. Es fundamental el compromiso del sujeto para enfrentar la situación, una actitud positiva y la creatividad para desarrollar estrategias que le permitan un equilibrio emocional. Cuando no logra superar el evento traumático, se interviene para cortar con el ciclo de estrés crónico y sostener a esa persona. Esto se hace mediante el apoyo de un grupo que haya pasado por situaciones semejantes (por ejemplo, padres que perdieron un hijo o excombatientes de una guerra). Es fundamental, además, la psicoterapia individual para acompañar al sujeto y darle un apoyo que le permita implementar estrategias de adaptación. El tratamiento farmacológico se usa cuando, debido al trauma, se desarrolla una enfermedad o patología como pueden ser los trastornos del sueño, la depresión, cuadros de estrés postraumático, así como tantos otros trastornos de la conducta."
La resiliencia está ahí. Es nuestro tesoro. Se trata de custodiarla, cultivando día a día todo posible conocimiento y actividad que enriquezca nuestra capacidad intelectual y emocional. Así como es bueno saber que la resiliencia está ahí, esperando activarse ante un episodio doloroso, es bueno tener en claro que hay salvavidas, redes de contención y apoyo, para salir a flote y volver a empezar.

DICCIONARIO EN POSITIVO

Trauma
Es un acontecimiento caracterizado por su intensidad, por la incapacidad del sujeto de responder a él adecuadamente y por los efectos patógenos duraderos que puede provocar en la organización psíquica. Es importante destacar su carácter subjetivo, en cuanto que lo que es traumático para algunos puede no serlo para otros.

Duelo
Respuesta emocional, física y conductual frente a una situación de pérdida. En una primera etapa, el sujeto muestra una conducta semiautomática, producto del embotamiento emocional. Luego transita un proceso de enojo e impotencia hasta admitir lo irreversible de la pérdida. Es en este momento cuando se encuentra en condiciones de buscar y encontrar nuevas formas de desarrollarse.

Adversidad
Esta noción pone el foco en la situación externa en la que se ve inmerso el sujeto, la cual puede ser puntual o permanente. De hecho la resiliencia se puede observar ante situaciones de orden biológico (enfermedades crónicas, discapacidades de todo tipo), familiar (violencia, abandono, disfuncionalidad), social (pobreza, falta de acceso al sistema educativo o de salud) e incluso de orden histórico público (catástrofes naturales o políticas).

Resiliencia
Capacidad de las personas o grupos para sobreponerse al dolor emocional y continuar con su vida. El modo de reaccionar ante una situación adversa depende tanto de lo heredado como de lo adquirido. Una persona puede tener alguna vulnerabilidad genética para enfrentar una situación adversa, pero si ha crecido en un ambiente adecuado (de compromiso, afectuoso y con límites) será resiliente ante situaciones amenazantes. Esta importante cualidad humana también es conocida como tenacidad cognitiva.

Salir fortalecido
En un principio el concepto de resiliencia implicaba volver al funcionamiento previo a la situación traumática. Hoy se prefiere acentuar el aspecto de transformación positiva como más representativo de la resiliencia. Es difícil imaginar que un ser humano, a diferencia de un metal, pueda volver a su funcionamiento anterior sin que nada haya cambiado en él. Esta última idea se acerca al concepto de invulnerabilidad, que se usó para describir a los sujetos que parecían no ser afectados por la adversidad. Lo propio de la resiliencia es todo lo contrario: ser afectados de tal modo que se produce una transformación positiva, lo que lleva a un fortalecimiento psíquico, a vivir una vida más plena aun que antes del acontecimiento o la situación adversa. Sería un concepto hermano del de crecimiento postraumático.

CAJA DE HERRAMIENTAS

  • Podemos tener siempre a mano esta lista de consejos profesionales que promueven la resiliencia:
  • Brindar a nuestros hijos y afectos un hogar y relaciones seguras
  • Alimentar una actitud de encuentro ante los demás
  • Promover la creatividad y las fortalezas personales
  • Comprometerse con uno, con el otro y con cada proyecto de vida
  • Aceptar al otro y con sus capacidades y posibilidades del momento (reconocer la unicidad y libertad del otro, confiando en que sus recursos le permitirán levantarse y crecer)
  • Recordar que cada uno de los momentos difíciles de nuestra vida son oportunidades para atravesar la crisis y salir fortalecidos




LOS JOVENES DE HOY MOSTRADOS EN LA TELEVISIÓN

Programas como "Gran Hermano" o "Soñando por Bailar" más allá de las simpatías o antipatías que despierten, son una clara muestra de nuestra juventud.
Chicos que prefieren contar sus experiencias sexuales antes que sus experiencias profesionales o intelectuales.
Jóvenes que cuando se les ponen límites, se revelan. Demostrando que no entienden y no saben que son los límites.
Casi adultos que creen que "divertirse" es tirarse alcohol en la cabeza y amenazar con encender una mecha o bañarse en harina o tirarse con todo lo que encuentran.
Gente joven que rompe todo y le parece bien. O dice que entra a un lugar para aprender algo concreto (por ejemplo, bailar) pero cree que es algo "que sale solo" y miente a los demas y así mismo y prefiere "divagar" antes que tener disciplina esencial para el logro de cualquier objetivo.
Lo más terrible, es que nada parece ser ejemplificador para ellos.
Nada parece permitir la reflexión o el cambio de mirada.
No me preocupa que estén equivocados en su accionar. Me preocupa que son una generación sin reflexión clara de lo que está bien y de lo que está mal. ¿Quienes fueron sus padres? Esta generación anterior que no supo educar a sus hijos. Cómo serán esta gente joven de hoy como padres? Qué valores trasmitirán si solo piensan en su genitalidad y en ser famosos sin hacer nada.
Por supuesto, que hay otro jóvenes que estudian y trabajan y piensan y reflexionan. Pero pareciera que no fueran los modelos de esta sociedad. No dan rating, están escondidos o son simplemente una excepción a la regla.
Los excesos y las adicciones tienen mucho que ver en esto. Sería bueno que la sociedad pensara seriamente en el futuro y lo que podamos esperar de estos jovenes de hoy cuando sean adultos.